JALISCO (Personaje Anecdótico)

De : Abdón Aranibar Pinto

Llegó a Mollendo un verano en plan de sondeo para mitigar los días difíciles de supervivencia que en forma precaria la estaba pasando en su vida llena de aventuras  y adversidades.

A Jalisco lo defino como un muchacho discapacitado, no tenía la Vitalidad de un muchacho normal, pero esta deficiencia física lo compensaba con sus gracias y su forma de caminar, vistiendo desordenadamente al estilo cantinflas y al mero charro mexicano, su rostro que parecía el de un sapito, era deformado y hacía muchos gestos y muecas, utilizaba una peculiar forma de hablar, la verdad es que no se le entendía, pero llamaba la atención y la gente lo miraba y escuchaba.

Antes de enrolarse como mascota en el ejército trabajo para un prestidigitador y hacía la antesala con su gracia a lo mexicano y cantaba las rancheras que eran sus preferidos, la gente disfrutaba entretenida con este y otros números. También mostraba las culebras para promocionar las cualidades y luego vender las pomadas de aceite de culebra.

Había llegado un destacamento del ejército donde se presento como chutero (comida fija después que pasaba rancho la tropa) y se prestaba como ayudante de cocina u otros menesteres que estaban acorde con su fortaleza física mas bien deprimente, los soldados le fueron tomando cariño  y hablaron con su comandante para que continuara con ellos en calidad de mascota, así pasaron sus días y fue así con su sobrenombre de Jalisco se hizo tan popular.

Pasó el tiempo e ingresé a la Fuerza Aérea en Vitor ahí me di con la sorpresa que estaba enrolado como mascota de los avioneros y se ufanaba con mando sobre los reclutas y le quedó en serio el porte militar a su manera claro todo debilucho y sus uniformes de terrestre como el de avionero le quedaban grandes y era un chiste verlo caminar todo chorreado ya que no había a su medida, así Jalisco pasaba sus días hasta que un día desertó de la Fuerza Aérea porque era libre de hacerlo y al tiempo llegó nuevamente por Mollendo y esta vez para siempre y buscó como centro de operaciones para su supervivencia a los vigilantes del Resguardo Marítimo quienes le dieron posada en el cuarto donde trabajaba la Registradora de mujeres, aunque el puerto estaba casi inoperativo aisladamente llegaban buques y Jalisco se convirtió en mandadero y realizaba servicios de limpieza en la oficina de resguardo como otra fuente de ingresos o salía a la calle a buscarse la vida en forma honesta.

Otra forma de agenciarse de dinero era las propinas que los tripulantes de los buques petroleros que siempre llegaban entre los que yo me contaba Jalisco estaba atento cuando llegaba personal que quería ingresar al muelle para retornar al buque y era compensado por abrirnos la puerta de ingreso.

Este colosal muchacho y popular al correr los años falleció en el puerto que siempre lo acogió y protegió, su gracia habrá de recordar cualquier mollendino al leer una parte de su biografía.