Mollendo 20 abril 2024.- En la localidad de Mollendo, un 20 de abril de 1969, siendo las once horas, un grupo de vecinos de la proyectada urbanización San Martín de Porras, decidieron fundar un club.

 

HISTORIA SINTÉTICA DEL CLUB SAN MARTÍN DE PORRAS

Por : Efraín Astete Choque

Mollendo 20 abril 2024.- En la localidad de Mollendo, un 20 de abril de 1969, siendo las once horas, un grupo de vecinos de la proyectada urbanización San Martín de Porras, decidieron fundar un club.

Para el efecto se reunieron en la casa del señor José Paco Colque. Deseaban que el barrio tenga un club deportivo y cultural; asimismo que este participe en la liga de fútbol.

En la reunión estuvieron presentes los señores Alejandro Prado, José Paco, Agustín Belizario, Pedro Salas, Juan Motta, Raúl Motta, Gerónimo Montes, Rubén Erquínigo, Luis Muñoz, César Montes, Antonio Esquivel, Manuel Esquivel, Pablo Espinoza, Arnulfo Céspedes, Clodoaldo Espinoza, Jorge Bustinza, Francisco Vargas, Percy Paco, Justino Medina, Alfredo Contreras, entre otros. Propusieron la elaboración de los estatutos que  regirían los destinos de la institución.

En dicho acto también se planteó la elección de la primera junta directiva. Dadas las circunstancias hubo dos listas, la número “1” presidida por el señor Alejandro Prado y la número “2” por el señor José Paco. Los resultados del escrutinio dieron como ganadora a la lista número “1”, conformada de la siguiente manera:

Presidente: Alejandro Prado

Vicepresidente: Manuel Esquivel

Fiscal: Pedro Salas

Secretario: Juan Motta

Tesorero: Gerónimo Montes

Vocales: Agustín Belizario, Juan Vargas, Clodoaldo Espinoza, Rubén Erquínigo, César Montes.

A continuación se procedió a la juramentación respectiva. En vista de la concreción de estos pasos se decidió inscribir a la institución, al club, en la liga de fútbol, para que participe en la tercera división, recién creada ese año.

El primer equipo

La primera plantilla de jugadores del club San Martín estuvo conformada por Arturo Prado, Henry Prado, Arturo Ucañay, Gabino Flores, Francisco Vargas, Antonio Esquivel, Rubén Erquínigo, Gilberto Céspedes, Justino Medina, Mayki Gonzales, Pepe Chirinos, Francisco Manrique, César Contreras, Víctor Contreras, Raúl Castillo, y otros que la frágil memoria no permite recordar. Ejerció de entrenador Alejandro Prado.

En el campeonato oficial nuestro representativo resultó campeón de la tercera división, posteriormente de la segunda división. Esto provocó que algunos jugadores del barrio, que militaban en equipos de la primera división, se integraran al club, llegando a configurar un conjunto cohesionado. Entre aquellos jugadores que dejaron sus equipos para vestir los colores blanquinegros están Percy Paco (goleador del Inclán en primera división), Freddy Castillo (del Alfonso Ugarte), Amador Astete (del Atlético Mollendo), Alfredo Contreras, Luis Muñoz.

Hay que indicar que antes de ese acontecimiento los muchachos del barrio visitaban los barrios Atocongo, La Florida, Las Cruces, Alto Inclán, para enfrentar a la juventud de esos sectores. En canchas de tierra, que abundaban por ese tiempo, disputaban intensos partidos con sus rivales de turno. Surge de estos encuentros el entusiasmo por conformar un club y que este confronte en el estadio Municipal a los clubes históricos y poderosos de Mollendo.

Generaciones de la década del setenta

San Martín, luego de superar las vallas de la tercera y segunda división,  transita por la primera división en los años 1971 y 1972. Enfrenta en los respectivos campeonatos a rivales de fuste: Marítimo, Uspi, Atlético Mollendo, Inclán, Boca Juniors, Bolognesi, Nacional. En estas temporadas la barra alentaba al equipo con bombos, platillos redoblantes, matracas, sirenas, latas de leche Gloria rellenas de piedras pequeñas. El Bolognesi de esa época fue su contendor más enconado.

En las alineaciones los santos contaron con el concurso de Néstor Arocena, Rubén Erquínigo, Benedicto Vargas, Luis Muñoz, Jhony Rivera, Amador Astete, Justino Medina, César Contreras, Gilberto Céspedes, Humberto Montoya, Arturo Prado, Henry Prado, “Popi” Contreras, Antonio Esquivel, Víctor Contreras, Percy Paco. Carlos Bueno, conocido como “Calula”, Cosme Gutiérrez y Julio Chirapo, también jugaron en esos años.

En el 1973 y 1974 otra vez San Martín se ve obligado a militar en segunda división. El 74 logra el título en la división promocional. En el campeonato de primera división de 1975 encara, en duelos sin cuartel, al famoso Pesca Perú y al Sport Boys, otro protagonista de ese año, que tenía en sus filas a César Adriazola y Víctor Bustamante.

En 1976 y 1977 estuvo, nuevamente, en segunda división. En los equipos de esos años jugaban Néstor Arocena, Crespo, Jorge Pérez, Luis Castillo, Wálter Vargas, Juan Alarcón, Alfonso Machaca, Filiph Montes de Oca, Wálter Céspedes, Martín Vargas, Lito Nieto, Isaías Chirinos, Raúl Montes, Alfredo Becerra.

Generación de Omar Poblete, Guido Ocharán, Raúl Montes y Wálter Céspedes

Esta generación de futbolistas apareció entre los últimos años de la década del setenta y los primeros de la década del ochenta. Estos cuatro jugadores lideraron a varios equipos santos, estos tenían en ellos a sus figuras. Omar Poblete era un jugador creativo y con gol, Guido Ocharán y Raúl Montes eran efectivos en el área, goleadores del equipo. Esta generación jugó tres a cuatro años en primera división.

En la misma destacó, también, Fernando Núñez Alvizuri, fornido centro delantero que en base a potencia superaba a los más ágiles y rudos defensores. Asimismo Quique Montoya, habilidoso, encarador; Abel Espinoza, pulmón del medio sector; Martín Vargas, Benito Becerra, otros ingeniosos del balón; Martín Vergara, fino entreala, José “Garrincha” Ocharán, escurridizo atacante.

En esos años, por supuesto, descolló Wálter Céspedes, un jugador completo, trajinador, de gran personalidad.

Pablo e Isaías Chirinos, Quique Montes, Pepe Montoya, Eduardo Versace y César Contreras tuvieron magníficas tardes en la zaga. Contreras llevaba la cinta de capitán por su don de mando y su pundonor a toda prueba. Asimismo es de orden citar a Jesús Molina, un futbolista que parecía salido de un equipo profesional. Por otro lado Hugo Rodríguez, bajo los tres maderos, ofreció actuaciones estupendas, siendo todavía un adolescente.

Generación de Dante Astete y Jorge Motta

Por una serie de cuestiones del fútbol San Martín había descendido a la segunda división. En 1986 la directiva del barrio afiata el equipo con el fin de volver a la máxima categoría. César Contreras, en el papel de director técnico, logra que sus dirigidos alcancen el título y con ello el ansiado retorno a la división de honor. Ese cuadro estuvo conformado por Ríchard Nina, Luis Montero, Toto Contreras, Isidoro Elías, Bruno Cruz, Luis Garcés, Percy Garcés, Omar Poblete, Jorge Motta, José Versace, Víctor Requena, John Motta y Gilberto Calienes. Otra vez en primera división el club se reforzó con José Luis Gonzales, Jhony Valdivia, Eddy Zuloaga, Ángel Añari, Julio Mesarina.

En 1989 se consolida un elenco que combinaba la experiencia y la juventud. El arco estaba custodiado por Víctor Lazarte; en la zaga alineaban Juan de Dios Quispe, José Luis Manrique, Ricardo Céspedes, Pablo Chirinos, Alberto Versace. En el medio sector Luis Garcés, José Lucero y Dante Astete. Adelante los hermanos Motta, Jorge y Abel, al lado de Víctor Requena, completaban la ofensiva. Este equipo practicó un fútbol especial, llegó a entenderse en todas sus líneas. El joven mediocampista Dante Astete  entretejía las acciones del equipo, bien secundado por Lucero y Garcés; los tres se divertían con el balón, dejaban libre el camino para que los hermanos Motta conviertan hermosos goles. A Dante el barrio lo conocía como “Maradona”. En ese año San Martín enfrentó a Bolognesi, Sport Boys, Marítimo, Nacional, Primero de Mayo, Boca Juniors y al más peligroso de esa temporada: Inclán, club que contaba en sus filas con Erick Dávila, Julio y Óscar Vargas, Enrique Almonte, a quien la afición conocía como “Timbirimbas”, un diablo del fútbol. Ante el equipo campa los santos mostraron un altísimo nivel técnico, labraron en el  campo del Municipal uno de los momentos cumbre del balompié sanmartiniano.

Al año siguiente llegaron al equipo José Versace, quien retornó, Juan Carlos Nieto y Carlos Montes. San Martín conservaba su estilo virtuoso, su capacidad de hacer buen fútbol.

Últimos años en primera división

Varios jugadores migraron a otras instituciones, buscaron otros horizontes. El club tuvo que rearmarse con Willy Rojas, Ricardo Murillo, Juaniquillo Núñez, Glenin Contreras, Mauro Gómez, Julio Huacho. Ellos se sumaron a Ricardo Céspedes, Alberto Versace, Pablo Chirinos, Abel Motta, Pepe Olivera.

En jornadas duras trataron de conseguir resultados positivos para el club y para el beneplácito de la hinchada. Lucharon cada fecha por arañar triunfos y vencer a la adversidad.

Hasta 1991 el club  alternó en la primera división, el periplo más largo en su historia, lleno de matices, de mañanas y tardes inolvidables.

Etapa de reorganización

1992 es tal vez uno de los años más duros que vivió el club San Martín. No le fue bien en la segunda división, cambió a uno y otro entrenador para salvar la situación. La institución cayó en un pozo.

En 1993 se planteó la reorganización del club. En julio se conformó una nueva junta directiva. Realizadas las elecciones correspondientes juramentó la lista ganadora, la cual estuvo integrada por los siguientes socios:

Presidente: Ronan Rodríguez Begazo

Vicepresidente: Arnaldo Charún Dávila

Secretario: Hugo Vargas Bravo

Prosecretario: Amador Astete López

Tesorero: Antonio Esquivel Núñez

Protesorero: Félix Medina Revilla

Fiscal: Luis Enrique Rivera Salas

Adjunto fiscal: Mario Quicara Mamani

Relaciones públicas: Freddy Esquiagola Fajardo

Delegado: Oswaldo Salazar Barreda

Vocales: Óscar Espinoza Almonte, Víctor Vergara Contreras, Humberto Chávez Ramírez

Vocal de disciplina: Efraín Astete Paliza.

En el 93 y 94 no se participó en los campeonatos de segunda división. En apoyo de los directivos se formó un comité de damas presidido por Juana Minaya de Castillo, quien estuvo acompañada por Zenayda Motta de Muñoz, Mercedes Zúñiga, Dora Trillo de Nieto.

Todos ellos soportaron el temporal y a la vez programaron actividades profondos Bodas de Plata institucionales.

En 1995 reaparece el club en segunda división, volvían a hacer noticia los santos. En los años 96 y 97 se logró el concurso de tres jugadores de Matarani: Henry Álvarez, Carlos Puma y Carlos Veliendres. Álvarez alcanzó resonancia, lideraba la tabla de goleadores de los campeonatos respectivos, además contaba con la compañía de otros jugadores que hacían gala de excelente dominio de balón, Luis Ángel Molina y José Luis Chicaña. Estuvo, la muchachada santa de esta generación, a un paso de lograr el ansiado retorno a la primera división.

A partir de 1998 San Martín dejó de participar en el torneo de ascenso de la liga local, debido a dificultades de orden económico, principalmente. Pasarían muchos años para que los santos regresen al Municipal, al coloso porteño de mil y un batallas, de mil y un emociones, de mil y un historias.

San Martín, nueva era

Es en el 2014 que algunos exjugadores y exdirigentes voceaban el resurgimiento del club. Víctor Gonzales, Justino Medina, Pepe Montoya, Amador Astete, Jorge Bustinza, tenían claro el objetivo, aunque el barrio estaba un tanto incrédulo al respecto. En el 2015 se hacen gestiones ante la liga y se concreta la reinscripción. El tema administrativo estaba salvado, el club quedaba expedito para participar en el torneo de segunda división. La parte deportiva era el problema. Los hermanos Tapia, Aldo y Eduardo, estudiantes de educación física del instituto Jorge Basadre, le pusieron el empeño correspondiente al asunto y a partir del mes de julio entrenaban a un grupo entusiasta de adolescentes en el campo José Olaya y en los jardines del lado derecho de la prolongación Mariscal Castilla, en turnos de tarde y noche. De ese colectivo tres a cuatro estaban en condiciones de alternar en un evento de segunda división, la mayoría de chicos contaban con doce y trece años. Transcurrían los días y ya se avecinaba el campeonato. Aldo Astete, viendo los apuros en los que se encontraban los hermanos Tapia, decidió unirse a ellos y tomar la batuta. Trajo jugadores del Valle de Tambo y de Arequipa, un arquero, un back y un volante: Roger Huamaní, Omar Torres, Alexander Chávez. Reforzó convenientemente las líneas. Invitó a Juan Raya para que asuma las riendas del comando técnico.

En el estadio Municipal y en el estadio César Vallejo se dieron los primeros partidos amistosos del club, ante La Florida, Marítimo y otros rivales. Se inscribió a los jugadores en la liga. No se contaba con el pase del jugador José Chacón, un delantero que en las prácticas demostraba que iba a ser de gran utilidad para el equipo.

Un 11 de octubre San Martín volvió a pisar el grass del estadio Municipal, una nutrida hinchada lo recibió entre aplausos y vivas. Luciendo su tradicional uniforme se aprestaba a dirimir fuerzas con el rival de turno. No le temía al debut. El camino había sido largo, extenuante, una obra de titanes, de hombres y mujeres de ayer y hoy. El primer paso ya estaba dado, la utopía convertida en realidad, el sueño plasmado.

Hasta más allá de medio torneo el conjunto santo no pudo contar con José Chacón, un jugador que le iba a dar peso a la ofensiva, como ya se indicara. Su carta pase no estaba disponible, los dirigentes viajaron al Cusco y a Lima para ficharlo. Una vez solucionado el problema Chacón empezó a jugar, el equipo seguía trastabillando. Hasta la octava fecha San Martín había acumulado dos puntos, ya nadie daba nada por él. En las dos últimas fechas goleó a Nacional y a Mollendino de Deportes, rivales directos en el descenso, sellando así su permanencia en la categoría, generando un júbilo indescriptible en la hinchada por el amor propio y el cariño a la camiseta  que mostraron los muchachos. En esos cotejos José Chacón fue pieza importante, anotó goles y desarmó los planteamientos de los equipos contrarios. Otro baluarte fue Omar Torres, un zaguero de gran despliegue físico. El arquero Roger Huamaní custodió los tres maderos con regularidad. Alexander Chávez, Julio Velarde, Manuel Zevallos, el conjunto en general, redondeó el año, consiguiendo que el club tenga nuevas oportunidades en el fútbol de ascenso.

Complejo deportivo San Martín

La reconfortante noticia del resurgimiento del club trajo consigo otros hechos de magnitud para el barrio y Mollendo, uno de ellos el proyecto de la construcción del complejo deportivo San Martín en un área despejada. El alcalde Ríchard Ale Cruz hizo suya la idea y asignó el presupuesto correspondiente. Gilberto Céspedes, Amador Astete, Jorge Bustinza, Justino Medina, impulsaron la cristalización de la obra.

En busca del título

Ha insistido San Martín en las recientes campañas, en coronarse campeón de la segunda división. En el 2016 se le fueron de las manos los puestos de excelencia. En partidos de pronóstico reservado los árbitros tuvieron tardes grises y lo perjudicaron,  anulándole goles,  expulsándole injustamente a jugadores. En el segundo año sobresalieron José Chacón, Diego Pacora, Jesús Chambe y Yoshimar García.

Para el 2017 San Martín reforzó sus filas con jugadores del Valle de Tambo. Llegaron Nixon Malache, Jean Carlo Pacheco, Eddie Quispe. Se sumaron a ellos Rodrigo Montes y Mateo Versace. En este torneo por lo menos se mereció el subtítulo. Versace anotó goles vistosos, los cuales fueron celebrados eufóricamente por los hinchas santos.

El 2018 se escapó otra ocasión de lograr el título. Se trajo jugadores de Arequipa, estos tardaron un tanto en acoplarse, se perdió puntos en las primeras fechas, a medio campeonato el equipo despertó al asumir la dirección técnica Dante Astete y, también, con la presencia de Jarack Pimentel. El equipo necesitaba de alguien como Pimentel, de juego vertiginoso en la ofensiva. La presencia de Pimentel animó al plantel, empezaron a encontrar su fútbol Mateo Versace, Fernando Choque, Farid Layme, el defensa Luis Aguilar, Eddie Quispe, Julio López, Josué Carbajal y el arquero Jorge Delgado, surgió Adriano Lira. Se alejó el equipo de las posiciones incómodas y se puso a disputarles el título a Primero de Mayo y La Florida. Derrotó 1 a 0 a Primero de Mayo en la rueda clasificatoria y en el partido final empató 5 a 5 con La Florida, con diez hombres, en un duelo no apto para cardiacos.

Mirando el futuro

El panorama histórico y la actualidad del club hacen preveer que los años venideros se cosecharán frutos, a nivel institucional y deportivo. En lo institucional es una prioridad construir el local propio, la casa donde se reúna la familia sanmartiniana para efectuar sus asambleas, para recrearse en juegos de mesa, en la lectura de revistas y libros, observando cuadritos de antaño y de hoy del club, un espacio donde los niños y adolescentes puedan conversar con los excracks. En lo deportivo no nos debe obsesionar la consecución del título en la segunda división, es algo que llegará por su propio peso, volveremos a estar en primera división y para ello hay que estar preparados y nada se hace sin respaldo económico, sin una economía estable del club y del barrio. Una gran cosa ha sido la edificación del complejo deportivo San Martín, este viene siendo usado como ambiente de entrenamiento. Optimizar su uso, cuidarlo, es tarea de todos.

Los años por venir serán de mayor provecho para el barrio, el club, su gente, su niñez y juventud. Con más trabajo y más organización alcanzaremos los objetivos trazados. ¡Felices Bodas de Oro querido club San Martín!